26 dic 2009

Un par de cosas



¡Feliz Navidad!

Puede parecer ya extraño que actualice con tan pocos días desde la última entrada, pero si este blog es un poco desastre, es porque unas veces pasan meses hasta que actualizo y otras, pocos días. Perdonad que tenga esta falta de constancia, pero es que quería compartir un par de cosas con vosotros.

En primer lugar, para hablar sobre la oración de Taizé del miércoles pasado.
Muchísimas gracias por haber organizado ese encuentro, ese ratito especial de oración que pudimos compartir.
Fue como volver a estar allí. Tan sólo tenías que cerrar los ojos, y dejar que las canciones sonaran dentro de tu cabeza, y que las distintas voces se unieran a tu alrededor, sentir los pies descalzos, y un ambiente de paz, de tranqulidad, sentir a Dios.
Pude trasladarme 1500 kilómetros y estar allí otra vez, en esa iglesia rodeada de personas de todo tipo, que vienen de cualquier sitio que te puedas imaginar, con las que a pesar de no conocerlas estás compartiendo algo impresionante...
Muchísimas gracias por hacerme recordar una de las mejores experiencias de mi vida.

Y por otra parte quería compartir con vosotros estos días de Navidad, que los he pasado en familia. Tan solo han sido el 24 y el 25, que he estado entre tíos, primos, tíos-abuelos... y desde luego recibí muchísimos regalos que no fueron de esos que se envuelven con papel y un lazo.
Poder abrazar a los que no veía desde hacía mucho, escuchar las mejores historias de los más mayores, pasar una noche de risas con una prima, emocionarnos todos viendo fotos antiguas, y haciendo presente a los que faltan...disfrutando de las cosas verdaderamente importantes.

Supongo que todos habeís experimentado algo parecido , y si no, fijaros a partir de ahora, buscad esos momentos en los que estos días, Dios se ha hecho presente. Porque esos son con los que hay que quedarse, los que te hacen sentirte como en casa aunque estés a mucha distancia de la tuya.

Un beso :)

22 dic 2009

Convivencia.


"Antes de formarte en el vientre te escogí"
Señor se que soy importante para ti, aunque a veces se me olvide, y sienta demasiado peso sobre mi, aunque me cueste llevar a cabo las cosas que me propongo.

Gracias por llamarme, por emocionarme y por hacerte presente en mi día a día, por animarme, por tirar de mí siempre que me he apartado más de tu camino, gracias por venir a buscarme. Gracias por poner en mi vida personas imprescindibles cuando las he necesitado, por hacer de mi alguien que intenta ser un poco mejor desde que se encontró contigo.

Señor, dame fuerzas para que estos sentimientos no se apaguen, para que no sean sustituidos por otros menos verdaderos. Ayúdame a ser luz para otros que lo necesiten, haz que te sea útil.
Gracias por haber transformado mi vida y no dejar que vuelva al principio, y gracias por contestarme a esto, con un escalofrío.
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El fin de semana pasado estuvimos de convivencia, los de Casiciaco, y los de Confirmación II.
Para mi fue muy especial, porque como dije en la Acción de Gracias de la misa del sábado, me recordó a la primera convivencia de Archidona en la que estuve. Me gustó mucho volver a compartir unos días con gente con la que tan solo estuve el primer año, y con otros con los que nunca había tenido la oportunidad.

Fue un reencuentro con Dios después de un tiempo un poco perdida, entre risas, canciones, y mucho frío. Pero sobretodo durante la oración que hicimos el viernes por la noche, reflexionando en silencio con canciones de Taizé de fondo, os he dejado arriba lo que escribí mientras tanto.

Yo no sé lo que significó para vosotros y por eso me gustaría que si os apetece, lo compartiérais aquí.
Un beso muy fuerte y espero veros a todos mañana, miércoles 23, en San Agustín a las 20:30 en la oración de Taizé.