27 feb 2009

En casa.


La semana pasada, a esta hora más o menos estábamos ya por Barcelona de camino a Taizé.
Cuando llegamos después de muchas horas de viaje, pensé que realmente una semana allí iba a ser complicado: íbamos a tener que cambiar totalmente nuestro ritmo de vida y adaptarnos a algo a lo que no estamos acostumbrados. Pero hubo una cosa que me llamó la atención. Mientras dábamos un paseo por las instalaciones, vi como los que ya habían estado en Taizé alguna vez, empezaban a recordar momentos vividos allí.
Creo que el resto de nosotros en dos días ya teníamos esa misma sensación, la sensación de estar como en casa.
En poco tiempo nos dimos cuenta de que daba igual como fueras vestido, daba igual como entendieras el cristianismo, o que no hablaras el mismo idioma que los que se sentaban a tu lado en la oración...las cosas que nos diferenciaban eran insignificantes frente a lo que realmente nos unia, nuestra fe y las ganas que tenemos de vivir y de compartirla.

Para muchos de nosotros por las nuevas amistades que se han hecho allí, por las que se han reforzado, por los momentos de diversión y de reflexión que hemos podido compartir con los demás y aquellos en los que simplemente hemos podido interiorizar, han hecho que esta semana haya sido muy especial para todos.

Y aunque ahora se nos encoja un poco el corazón por las ganas que tenemos de volver, tenemos que quedarnos con la idea de lo que realmente nos ha servido: de una parada, una fuente de la que hemos bebido para reforzarnos, para seguir mejor en nuestro camino. Y que nos tiene que servir de ayuda para poner en práctica las cosas que hemos aprendido allí durante estos días.
Todo esto no lo podía explicar mejor el hermano Héctor ayer, diciendo por qué se sentía en Taizé como en casa y no en otro lugar, porque allí te sientes querido, te sientes especial y libre al mismo tiempo.

Como le escribieron las portuguesas a Mariquilla ayer: "No hay palabras. Gracias."

Pd: Aquí podeís ver una reflexión muy buena sobre Taizé hecha por Alvarito.
Un beso

20 feb 2009

Si no los compartes...no se han vivido.



Hola :)
Ayer leí por ahí que todo el mundo puede hacer las cosas solo.
Puedes ir al cine a ver una buena película solo, puedes ir a disfrutar de un paseo, o a tomar algo a un bar sin disfrutar de la compañía de nadie más.
Pero cuando haya algo te produzca una carcajada, te emocione o que te enfade es muy posible que mires hacia los lados buscando alguien con quien compartirlo.
Y es que esos momentos, si no los compartes con alguien es como si no los hubieras vivido.

Disfrutad de esta semana blanca, que os sirva para compartir esos momentos con quien queraís. No os paréis a preguntaros si otra persona te necesita, simplemente permanece a su lado. Ya sabeis..."ama y haz lo que quieras"

Ojalá que el viaje a Taizé esté lleno de esos pequeños momentos.

Un beso, nos vemos a la vuelta :)

5 feb 2009

Empatía.

No puedo creerlo. Llevar todo el día dando vueltas para esto. Que si el trabajo, comer fuera, compra esto, compra lo otro y tener que tardar una hora en llegar a tu casa, que parece que cada vez que llueve un poquito se va a acabar el mundo.
¿Pero y esta gente qué hace ahora? se ha puesto el semáforo ya dos veces en verde y otra vez en rojo, y no nos hemos movido,de verdad que es que no me explico por qué se forma siempre este atasco en el mismo sitio, justo alado de casa.
Al final me doy la vuelta, porque me dan ganas de levantarme e ir coche por coche diciendo pero a ver ¿qué os pasa? porque me parece que por mucho que pite, la gente no reacciona.Que desesperación, que harta estoy ya del día, de verdad.


- Hola! Ya estoy aquí...
-¿Y cómo es que has tardado tanto mamá?
-Mira ni me lo recuerdes, que tengo un cabreo encima...
-¡Pues anda que yo! me ha pasado una cosa que me ha puesto de los nervios, y me ha dado una impotencia...
-Pues cuenta tu primero.
-Mira, estaba hace un rato volviendo del colegio, en la calle de aquí abajo. Y había cuatro hombres haciendo obras en un lado de la acera. Una hormigonera echaba cemento mientras ellos intentaban como podían arreglar la zanja esa que hay allí desde hace ya varios meses.
Bueno pues los hombres intentando hacerlo lo más rápido posible, empapados por lo que estaba cayendo, porque solo tenían un impermeable de plastico y otros ni eso. Y mientras tanto, la gente histérica no paraba de pitar dentro de sus coches, con la música y la calefacción puesta. De verdad que me han dado ganas de ir coche por coche y decir, pero a ver, ¿qué os pasa?




Siempre hay dos o más maneras de ver las cosas, y la mayoría de las veces nos guíamos por la única que nos afecta de forma exclusiva a nosotros, sin pensar prácticamente en los demás.
Deberíamos intentar ser menos egoístas, y a poner un poco más en práctica la empatía, aunque sea empezando por las cosas más tontas que nos pasan.

Pd: perdonad este parón sin actualizar...que agobio, que ganas de Taizé :)