21 abr 2009

Hola!
Después de un largo parón vuelvo, perdonad este tiempo sin actualizar, espero ir cogiendo el ritmo poco a poco.
Han pasado muchas cosas importantes en este mes sin blog. Estaba la cuaresma que como bien dejó un anónimo en la entrada del año pasado era un periodo de cambio y preparación que espero que nos haya servido de algo a todos.
Por otra parte ha habido convivencias de distintos cursos que por lo que he oido todas han salido genial, así que como siempre, si alguien quiere compartir algo aquí puede hacerlo.

Yo quería hablar un poco de la última reunión que tuvimos, en la que Román nos recordó lo que eran los sacramentos. Y no solo los siete, reconocidos por la Iglesia, que todos conocemos.
Un sacramento, es cualquier objeto al que por medio de la fe, nosotros le damos un valor. Porque nos recuerda a alguien o a algún momento de nuestra vida.

En Navaluenga y también en Quintanar uno de los días, tuvimos la dinámica de poder encontrar a Dios por distintos medios en nuestra vida. La fotografía, la música, el cine, el dibujo, las palabras, un olor, un sabor...

Con las personas ocurre lo mismo, y con el valor que le damos a las cosas.
Un sacramento para mi es escuchar "sois la sal y la luz", "mi canción optimista", la cruz de Taizé, pulseras que comparto con mis amigos.... y tú ¿tienes alguno?

Un beso, y gracias, sobretodo a los que echabaís de menos esto como Pablo o Rubén, siempre fieles.
Muak.