16 ene 2009

¿Hay algo por lo que serías capaz de morir?


A veces se plantea un tema de reflexión donde menos te lo esperas.
Hoy ha sido en una clase de historia, en la que en parte de ella, hemos estado hablando de los ideales.
Nos han preguntado cuáles eran nuestros valores y si realmente los sosteníamos. Si seríamos capaces de dar la vida, o quitársela a alguien por defenderlos.
Nos han planteado algunas situaciones extremas, como si te quitaran la total libertad o si tu país fuese a entrar en guerra. Era difícil responder a esas preguntas, defender tus ideales por ti mismo, por otras personas, por tu religión...
Y es que cuando nos han preguntado ¿Y daríais la vida, por defender vuestra religión? la mayoría nos hemos quedado en silencio y los demás han contestado rápidamente que no.

Pero sin embargo hubo gente que lo hizo. Y eso me ha hecho recordar la primera convivencia en la que estuve:
Estábamos en el comedor de Archidona, el viernes que habíamos llegado y nos quedamos hasta tarde haciendo una actividad. Nos repartimos en cuatro grupos, y cada uno tenía la biografía de un personaje que había dedicado su vida a defender sus ideales. Después cada grupo hizo una pirámide de valores.
Y tal vez sea momento de volver a planteárselos...
¿Hay algo por lo que serías capaz de morir?

Un beso, gracias por pasar.

5 ene 2009

Busca tu estrella

¡Hola! Espero que no estéis despiertos todavía porque si os ven los Reyes no os van a traer nada de nada...:P
Después de la cabalgata, en misa, me he quedado con una idea que me gustaría compartir con vosotros:

A lo largo del camino que hacemos en nuestra vida, Dios nos ofrece señales para llegar a Él, como la estrella de Belén. Son pequeñas experiencias de Dios, de las que hemos hablado tantas veces. Nosotros, tenemos que ser como los Reyes Magos, que sin dudarlo se ponen en marcha para seguir la señal que Dios les ofrece. Y aunque haya tramos del camino en los que la estrella pierda intensidad, seguir sin dudas hacia delante.

También podemos ser la propia estrella. Luz para otras personas que lo necesitan más que nosotros, que sepamos guiarlos hasta Dios.

Mientras pensaba esto, una señora mayor se ha vuelto al banco de atrás, y le ha dado a otra que no paraba de toser, un caramelo de limón de la cabalgata. Y aunque, sin duda, no se conocían de nada, la segunda le ha devuelto el gesto con una gran sonrisa de esas que te hacen sentir bien, y sin saber muy bien cómo, todos los que lo hemos visto, no hemos podido evitar sonreir también.

Y es que una vez más queda claro que con muy poco, podemos hacer bastante feliz a una persona en cualquier momento.

Un beso y que os traigan muchos regalos los Reyes (: